¿Buscas psicólogos en Barcelona?

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En Esperanza Psicólogos, llevamos más de 30 años ayudando a personas como tú a desarrollar cualidades positivas en un proceso de crecimiento interior. En nuestra clínica de psicólogos en Barcelona, asistimos y aconsejamos a nuestros pacientes, planificando y aplicando la psicoterapia y diversos programas de tratamiento, con el fin de orientaros en materia de técnicas de resolución de problemas y cualquier tipo de trastorno psicológico, emocional o de conducta.

¿Qué nos diferencia de los demás psicólogos en Barcelona?

La concepción de la salud mental, poco a poco está adquiriendo la importancia que merece en nuestra sociedad, y cada vez son menos las personas que recelan de la labor del psicólogo. Nuestros psicólogos, Esperanza Pérez y Juan Carlos Albaladejo, son expertos clínicos acreditados y analistas junguianos con una amplia experiencia.

Uno de nuestros principales propósitos como profesionales de este gremio, es forjar una relación terapéutica constructiva con nuestros pacientes mediante la escucha activa, la aceptación incondicional y la empatía, con el fin de contribuir de forma directa a una mejora clave de sus afecciones y problemas. Ofrecemos un espacio de encuentro donde poder hablar sin miedo y dejando atrás todo prejuicio.

Algunas de las terapias que ofrecemos en nuestra clínica son: terapia de pareja, terapia junguiana, terapia familiar, psicoterapia individual, sexología, sandplay, y psicología infantil y adolescente.

¿Cuándo se debe considerar la psicoterapia como opción?

Si tienes un problema, pero no tienes muy claro si la psicoterapia es el tipo de tratamiento más adecuado para ti, aquí te exponemos algunos de los casos en los que acudir al psicólogo podría servirte de ayuda:

  • Si te ves inmerso en un estado de desamparo y tristeza de forma constante.
  • Si te sientes perdido y no sabes hacia dónde enfocar tu vida.
  • Si, pese a tus esfuerzos por avanzar, ves que tus problemas no se solucionan.
  • Si tienes dificultad para concentrarte en tus tareas cotidianas o en el trabajo.
  • Si sientes una excesa preocupación por todo lo que ocurre, y esperas lo peor de cualquier cosa.
  • Si, por el contrario, las cosas han dejado de importarte y experimentas apatía por todo.
  • Si sientes un constante nerviosismo y la sensación de opresión en tu pecho no cesa.
  • Si has empezado a consumir alcohol o drogas de forma abusiva.
  • Si tus acciones son potenciales de dañar tu integridad física o la de aquellos que te rodean.