SAN JORGE Y EL DRAGÓN. UNA VISIÓN JUNGUIANA

La Leyenda de Sant Jordi y el dragón no es un relato con intenciones patriarcales que pretendan inducir a las niñas a ser unas mujeres pánfilas en espera de un hombre que las rescate de todo mal. Para empezar, no es un cuento, sino una leyenda, heredera de los mitos antiguos, y como tal no podemos caer en el error de interpretarla como textual en lugar de simbólico.

Si tomamos al caballero como un caballero real de sexo hombre, y a la princesa como una princesa real de sexo mujer, el dragón también ha de ser real, no una metáfora. O todos son concretos y tangibles, o todos son metáforas. Si no cuadra que el dragón exista, como es obvio, es que todos son personajes simbólicos, (el caballero, la princesa, el dragón, son símbolos de lo Inconsciente Colectivo) y el mensaje va dirigido al psiquismo para ayudar en el desarrollo personal.

LA LEYENDA

Recordemos brevemente el relato, tal como se narra en Catalunya: aparece un dragón que asola un poblado (mayormente, la villa de Montblanc). Se le combate sin éxito ninguno, su fuerza es descomunal. Se acuerda depositar siempre, en un lugar concreto, animales para que sean su alimento. Llega un día que el poblado se queda sin reses, y se acuerda entregarle al dragón una persona, que será elegida por sorteo. Esa persona resulta ser la hija del rey, la princesa, quien acepta su sino. Una vez en el lugar, dispuesta a su sacrificio, aparece el caballero Sant Jordi a lomos de un blanco corcel, combate al dragón, le hiere y le vence. La sangre derramada, al caer en la tierra, hace germinar un rosal que da una rosa roja. El santo caballero se la entrega a la princesa.

Una conocida variante de la leyenda afirma que, una vez herido el dragón y surgida la rosa, el dragón se torna manso ante la princesa quien, con su pañuelo o bien con una cinta, conduce al dragón como si de un gigantesco perro o caballo se tratara.

Paolo Uccello, San Jorge y el Dragón (1456). La princesa sujeta al dragón con una correa o cinta.

No analizaré aquí toda la leyenda de Sant Jordi, si no que, para ser breve, me centraré en estos tres personajes centrales y el desenlace.

EL DRAGÓN

Es el símbolo de lo inconsciente colectivo más antiguo que los otros de la historia. Ha sido utilizado por muy diversas culturas y civilizaciones, teniendo aspectos tanto benefactores como destructivos y perniciosos.

En la alquimia, el dragón representaría tanto la materia prima a trabajar, cuyos vapores tóxicos son peligrosos, como el espíritu del mercurio que abarcaba un gran tesoro: el sí—mismo (lo más auténtico y sagrado del ser humano). En nuestro relato representa la materia prima y oscura, los instintos primigenios negativos, todo lo que encadena e intoxica al hombre.

LA PRINCESA

¿Qué representa la princesa? El ánima, no sólo en su aspecto de la personificación de la naturaleza interna pura, sino también el concepto anima según C.G.Jung: la contraparte femenina que todo hombre tiene que le permite el contacto con sus sentimientos y la expresión de los mismos, la intuición, la creatividad, la relación con las mujeres, etc. El arquetipo de la vida misma. El Eros materno.

EL SANTO CABALLERO

No se trata de un aguerrido caballero, es un Caballero Santo: alusión directa al Arcángel Micael, único capaz de expulsar a Lucifer de los cielos. En el psiquismo representaría el Logos sagrado, un animus (según Jung, la contraparte masculina que toda mujer posee, el logos, la acción, etc) evolucionado, una luz arquetipal de conocimiento interno que se activa como consecuencia del trabajo profundo con uno mismo.

LA ROSA

La rosa roja es la imagen alquímica asociada al éxito de la obra, que nos acerca a la obtención de la piedra filosofal (la cual, en contacto con los metales innobles los transformará en oro, y en contacto con el agua la transformará en el elixir de la salud y la larga vida). Aquí está simbolizando el éxito del trabajo con uno mismo, el fruto de la individuación, el llegar a ser realmente uno mismo.

INTERPRETACIÓN DEL RELATO

¿Qué nos quiere comunicar la leyenda? Uniendo lo que simbolizan estos personajes con la acción de la historia, nos está hablando de que nuestra ánima está sometida a instintos salvajes, primitivos, o bien a los demonios interiores (que pueden ser ideas rígidas o persecutorias) que están aniquilando nuestra verdadera esencia. Hemos de combatirlos para rescatar lo más bello en nosotros mismos.

Pero atención, es importante que no se aniquile al dragón, como sucede en esta variante de la leyenda: en la alquimia la materia prima tóxica, con mucho tiempo y trabajo, se transforma. Los bajos instintos no se han de reprimir, pues pueden explotar virulentamente en el futuro, ni sublimar en algo compensatorio pues la potencia de los instintos puede ser superior a lo que se sublima; se han de transformar reconociendo la propia herida (a la manera del centauro Quirón, el Sanador Herido, quien queriendo curar su propia herida creó la Medicina) y, una vez domesticados (el dragón sometido), son una fuente de energía y vitalidad a nuestro servicio, con lo cual podremos desarrollar nuestra auténtica personalidad, ser nosotros mismos de verdad en todo su esplendor: la rosa roja en manos de la princesa.

Lo femenino arquetípico en nosotros es importantísimo, si no goza de buena salud es imposible el éxito de nuestra evolución personal. No será extraño pensar que la leyenda iba mayoritariamente dirigida a los hombres, también afectados por el patriarcado: si se es capaz de rescatar la propia ánima reprimida y tal vez mutilada, se salva uno a sí mismo y se recupera la buena relación con las mujeres. Y actualmente es tan necesario como entonces.

Por eso ha perdurado hasta nuestros días, pero actualmente el psiquismo colectivo está realizando cambios en la celebración (que es la externalización textual de la simbología interna): comenzó con el chico regalando una rosa roja a la chica que amaba, después se añadió que la chica correspondiera con un libro. Esto sí era machista, y en las últimas décadas cambió, chicos y chicas se regalan libros mutuamente, además de la rosa, de múltiples colores posibles, a la chica. Y últimamente, también la rosa es regalada a los hombres.